Caos que huele a perfume y sabe a beso
Caos que huele a perfume y sabe a beso
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¿Quién no ha sentido ese nudo delicioso entre nervios y deseo al cruzarse con una mirada que parecía tener guion propio?
El aire se llena de electricidad emocional, como si el universo entero hiciera zoom in en ese instante.
¿Cena Casual o Telenovela Improvisada?
Empieza la charla, se cruzan las primeras risas, y en ese instante parece que todo fluye como si estuvieran repitiendo una coreografía que ya habían ensayado en sueños.
O cuando alguien menciona que aún vive con su ex “por temas logísticos”, y el otro finge demencia emocional porque, bueno… ya pidió postre.
Mensajes Crípticos y la Danza del “Visto” Sin Respuesta
La seducción ya no solo sucede en bares o cafés: ahora también ocurre entre notificaciones, doble checks azules y caritas guiñando que pueden significar todo... o absolutamente nada.
Demasiado rápido y pareces desesperado. Muy lento y pareces desinteresado. No hay zona segura.
Reencontrarse en persona después de tantos juegos digitales se siente como pasar a la siguiente temporada: con menos filtros y más miradas.
Reflexión Final: Enredos, Sí. Rutina, Jamás.
¿Desde cuándo el romance tenía que ser claro, ordenado y con etiquetas?
Porque al final, lo que nos mueve no es la certeza, putas Bogota sino esa deliciosa sensación de estar al borde de algo.
Déjate llevar. Vive el caos. Bésalo con humor.
Porque a veces, lo más emocionante no es saber a dónde va la historia, sino perderse con alguien en el intento.